lunes, 9 de febrero de 2015


Te dirán que te rompas en pedacitos, 
para encajar en el sucio y oscuro rompecabezas de la sociedad. 
Te dirán que cambies tu pelo y tu ropa y tu forma, 
para que encajes en el molde que ellos te dan.
Te dirán que te borres esa estúpida sonrisa,
y con cadenas en tus muñecas te obligarán a crear poesía.
Y tú llorarás, con esas lágrimas de cordero degollado,
Tú que eres vulnerable pero no moldeable,
Tú que eres un frío trozo de hielo imposible de cambiar.

Será entonces cuando se corten con tus pedazos,
Y tú reirás con todo lo que te quitaron,
Mientras se desangran en el suelo como corderos degollados,
Como lo que te obligaron a ser una vez y lo que has rechazado.
Será ese día, querida, cuando el espejo revele de nuevo quién eres,
Cuando las cadenas de tus muñecas se rompan y tu mano
Ya no escriba más poesía, cuando dejes de observar para
Pasar a ser. Sólo entonces serás libre.
Sólo entonces volarás con tus propias alas.

Y vivirás. Vivirás como no has vivido,
Sentirás como no has sentido,
Respirarás, porque ese aire nunca fue suficiente.
Y un día mirarás atrás, a las heridas del metal
En tus muñecas de muñeca de porcelana,
Y con voluntad de acero y sonrisa de hielo
Escribirás. Pero será en verso libre y no en soneto,
Porque son quienes escriben sin normas
Quienes conocen la verdadera libertad.

Me gusta creer que aún hay esperanza.

Que la libertad está ahí, en algún lugar del tiempo. 

Que sólo  tenemos que buscarla.