lunes, 9 de febrero de 2015


Te dirán que te rompas en pedacitos, 
para encajar en el sucio y oscuro rompecabezas de la sociedad. 
Te dirán que cambies tu pelo y tu ropa y tu forma, 
para que encajes en el molde que ellos te dan.
Te dirán que te borres esa estúpida sonrisa,
y con cadenas en tus muñecas te obligarán a crear poesía.
Y tú llorarás, con esas lágrimas de cordero degollado,
Tú que eres vulnerable pero no moldeable,
Tú que eres un frío trozo de hielo imposible de cambiar.

Será entonces cuando se corten con tus pedazos,
Y tú reirás con todo lo que te quitaron,
Mientras se desangran en el suelo como corderos degollados,
Como lo que te obligaron a ser una vez y lo que has rechazado.
Será ese día, querida, cuando el espejo revele de nuevo quién eres,
Cuando las cadenas de tus muñecas se rompan y tu mano
Ya no escriba más poesía, cuando dejes de observar para
Pasar a ser. Sólo entonces serás libre.
Sólo entonces volarás con tus propias alas.

Y vivirás. Vivirás como no has vivido,
Sentirás como no has sentido,
Respirarás, porque ese aire nunca fue suficiente.
Y un día mirarás atrás, a las heridas del metal
En tus muñecas de muñeca de porcelana,
Y con voluntad de acero y sonrisa de hielo
Escribirás. Pero será en verso libre y no en soneto,
Porque son quienes escriben sin normas
Quienes conocen la verdadera libertad.

Me gusta creer que aún hay esperanza.

Que la libertad está ahí, en algún lugar del tiempo. 

Que sólo  tenemos que buscarla.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Algún día te darás cuenta, de que no me gusta la tristeza.


Hace un año, te hubiera dicho que lo triste es bonito y que no trates de ayudarme. Hace un año, te hubiera llorado mientras afirmaba que estaba bien. Hace un año no te hubiera abierto mi corazón, porque hace un año no estaba calcinado. Hace un año se estaba quemando y hace un año que lo dejé arder.

Ahora, las cenizas no quieren lágrimas ni sonrisas de muñeca de porcelana que cae al suelo y se quiebra. No quiero que me digas que lo triste es bonito, porque lo dije una vez y ya no lo creo más, porque es ese pensamiento el que te destruye. Y, ¿sabes qué? Después no es fácil recomponerte.

No quiero que me digas que lo triste es bonito. Quiero risas tiradas al viento mientras corremos hasta quedarnos sin aire en los pulmones. Quiero que cantemos a los cuatro vientos esa canción que nos da esperanza, y no esas notas de piano que provocan lágrimas. Quiero hacer bromas y ser sarcástica, y quiero reír hasta no poder más. Quiero ser sincera y burlarme de mis defectos. Quiero dejar de querer y empezar a hacer. Pero, por favor, no pienses más que me gusta ser triste. Siento no decir cosas a la cara, pero me cuesta. ¡No quiero seguir así!

Quiero nadar en los ríos, observar a las estrellas y quiero gritar. Quiero contarte mis sueños y que dejemos de sentir pena. Quiero que riamos y que cantemos. Quiero que Fun y Passenger sean nuestra banda sonora, y quiero que deje de ser difícil sincerarme, porque no todo lo que digo son metáforas.

La persona que soy realmente no escribe poesía ni llora por las tardes. La persona que soy realmente fantasea con ir a una escuela de magia, hace duelos de hechizos con sus amigas y come pizza hasta explotar. La persona que soy realmente no es profunda ni poética, sin embargo, es lo que la han enseñado a ser.

No quiere serlo más. No va a serlo más.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Ilusiones.

Suena All About You, y por un momento creo poder importarle a alguien.

Lástima.

Es sólo una canción.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Un poco de realismo.

Y qué si sólo te escucha la máquina de escribir cuando tus dedos tiemblan sobre ella. Y qué si cuando crees que importas tan sólo es otra trampa en este juego absurdo. Y qué si no tienes a nadie cerca que pueda ayudarte. Y qué. Qué puedes hacer si ni siquiera sientes la fuerza de continuar tecleando. Si te comes los signos de puntuación mientras sientes que la oscuridad te come a ti. Y qué. Al fin y al cabo, no hay nada que puedas hacer para evitarlo. 

Hundámonos durante estos minutos oscuros.

  No tengo imágenes poéticas que añadir a esta entrada, pero sí palabras que se mueren por salir y aferrarse a algo. O quizá sólo se mueren. No quiero saberlo. Me he dado cuenta de muchas cosas durante las últimas dos horas, cosas que he tratado de ignorar durante mucho y que he negado a personas interesadas, que he ocultado a amigos y que ahora grito en silencio. Una de esas cosas es que no estoy bien. Sé que no te importa, a ti, a esa persona desconocida que sabe más de mi por una puta pantalla que quienes llevan años a mi lado, ni tampoco a aquellos que me conocen. A nadie le importa y no quiero mentiras. 

  No son tonterías. No son quebraderos de cabeza pasajeros, como digo a quienes tienen el valor de preguntar. No son simples sentimientos pasajeros. Es una tristeza pesada, que ha hecho las maletas y se ha instalado muy, muy dentro, en un lugar que ha hecho suyo, y del que no puedo echarla. Llevo así casi un año. Un año. Empezó siendo una estupidez.

   De vez en cuando se hace más fuerte y sé que no tengo a quien contárselo. Si tuviera a alguien cerca a quien le importara, [sé que nada cambiaría] podría confiar y llorar en un hombro en lugar de no hacerlo y pudrirme por dentro. Pero ya está hecho. Me he decepcionado tanto que he cavado mi propia tumba y construido mi propio ataúd.

  Tranquilos, desconocidos, es una maldita metáfora, como todo parece ser estos días. Y las metáforas son sólo eso, metáforas, ¿verdad?

  Húndamonos, querido desconocido. Hundámonos durante esos minutos oscuros en la tarde en los que nadie nos da la mano. Hundámonos en la miseria, aunque no escapemos. Hundámonos, y que sea en plural. Que no quiero que mi alma se rompa sola. Dame un corazón de cristales rotos con el que poder cortarme, aunque sea por amar. Al menos así tendría una razón para sentir este dolor.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Preguntas sin respuesta.



¿Puedes contarme por qué, el arcoíris que conocí esconde ahora sus risas entre grises? ¿Por qué sus sonrisas escondes lágrimas en blanco y negro? ¿Dónde quedó el color? A lo mejor me equivoco, pero quizá su mundo lo despintó. Oh, no sabes cuándo me gustaría volver a colorear ese lienzo. El blanco y negro es hermoso, pero no me gustaría que ella buscara hermosura en cosas que la hacen sufrir. Está atascada y me gustaría ayudarla. Si se diera cuenta de lo hermosos que eran sus colores... ¿Sustituiría ese blanco de sus mejillas, por el rosado de las nubes en el atardecer? ¿El grisáceo de las lágrimas por las sonrisas cobrizas? ¿La tristeza de sus ojos, por un brillo de alegría?

No creo poder saberlo. Ella está tan lejos. Y no puedo evitar pensar que yo fui quien comenzó a alejarla. ¿Por qué no quiere volver, a cuando este horrible mundo la tenía fuera de su alcance? ¿A cuando ella era brillo y no frío? Quizá es invierno, pero las estaciones no son eternas. Ella es frágil y fría, pero también hermosa. Y hay flores, que sobreviven en invierno. ¿Puedes, Winter, tratar de ver que eres una de ellas? Podrías ser Daphne, y yo podría cuidarte. Podrías sobrevivir a la tormenta y a los rayos del sol. Podrías darte cuenta de que sólo es imposible si no crees en ello.

¿Podrías, por favor, darme una respuesta?

jueves, 18 de septiembre de 2014

Canción de noche.

Camina conmigo
bajo la luz de la luna
y te contaré cómo
yo solía ser como ella.

Camina conmigo
en esta triste carretera,
mientras todo el mundo duerme
y sólo despiertan
las almas en pena.

Camina conmigo
y dejaré que tu mano
sea mi libro de poesía,
y llevaré entre mis dedos
entrelazadas tus rimas.

Y nuestras botas
pisarán
donde podríamos morir
si hubiera luz.

Pero sigue caminando,
porque quizá
después de esto
hayamos llegado a algún lado.